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Desorden

MEDIANOCHE EN EL JARDÍN DEL BIEN Y DEL MAL

Salía yo del metro, apresurado, pues llegaba tarde al trabajo. En mi camino me crucé con una chica que, apurada también, corría con la esperanza de alcanzar el tren a tiempo. Ni ella ni yo nos percatamos. Fue una señora, más adelante, la que se dio cuenta de que algo se le había caído a la chica. Pero ella hizo caso omiso de los gritos y advertencias de la señora. Estaba obcecada con la idea de coger el metro cuanto antes y nada pudo detenerla en su empeño.

Entre la señora y yo, otra señora, que al igual que la primera, ignoraron los objetos que había dejado la joven. Yo, movido por la curiosidad, y convencido de que se trataría de algún billete caducado o, a lo sumo, un T-10 a medio usar, recogí los tickets.

Cuando vi lo que tenía en la mano, mi rostro tornóse blanco, y rapidamente volví al andén en busca de la desdichada. Nunca la encontré. Supongo que cumplió con su objetivo de coger el metro cuanto antes. Como Bilbo miraba el Anillo de Poder, volví a mirar mi tesoro: un T-Trimestre de 2 zonas, es decir, viajes ilímitados en TMB válido en dos zonas (Barcelona y las periferias más adyacentes) y valido también hasta mayo. En total la broma significan 170€.

Guarde mi nuevo billete de metro en el bolsillo y me encaminé al andén para coger mi segundo tren. Pero durante el recorrido, la voz de la Conciencia me impulsó a actuar, y me recomendó dejar el billete en el stand de información de la estación, por si la infeliz volvía en su busca.

Con esta intención me di la vuelta y tomé las escaleras mecánicas, cuando interpusose en mi camino la diosa Desconfianza, que con altas palabras dirigióseme así:

DESCONFIANZA: Oh, Miguelon, el del gran tripón, conocido por su bondad. Acaso no ves, cegado por tus remordimientos y tu buena conciencia, que lo más seguro que acontezca es que los encargados de información quedarense lo que les des o lo destruyan en su afán de lucrarse como se lucra el guerrero que abate a su enemigo y se hace con su esposa y sus bienes?

Estas palabras hicieron mella en mi ánimo, y dándome la vuelta de nuevo, retomé mi camino original, acompañado de Disparate, el que propone calamidades, hijo bastardo de Torpeza, la de ideas cortas, concebido por Absurdo, el que porta el sinsetindo, quien me propuso buscar a la joven por mi mismo, introduciendo su número de DNI en el oráculo Google, mas nada pudo decirme esto, puesto que siendo una idea proveniente de Disparate, a ningún sitio podía llevar salvo al sinsentido del que hace gala su padre Absurdo, el que porta el sinsentido.

Por tanto, convencido de que había hecho cuanto estaba en mi mano, yo, Miguelón, el del gran tripón, decidí tomar como mío aquel T-Trimestre, y usarlo en buena lid de aquí hasta mayo.

6 comentarios

mce79 -

NO

ace76 -

¿Pero te has comprado una bici plegable?

mce79 -

El billete tiene inscrito en él el dni de la persona a quien pertenece.

Un revisor podría pedirme el DNI si le enseño el billete, pero con aprenderme de memoria el número y decir que lo he perdido, yastá.

Y si, a una mala, me multan por no tener un billete correcto, la multa es de 30 €. Sigo ganando 50 €. Y si me pillan otra vez, gano 20€. A la tercera ya deja de salirme rentable, pero... ¿Que posibilidades hay de que algo así ocurra?

Ahora las bicis se plegan, que sí.

ace76 -

¿Pero ese tipo de billetes no son personalizados? ¿No van acompañados de algún carnet personal, como en Madrid? ¿Y si te pilla un revisor... (ay que risa)?

¿Bici plegable? ¿Ein?

mce79 -

Es una buena idea, aunque no conozco a nadie que pueda necesitarlo. Como a mi tampoco me viene nada mal, me lo quedo, y me ahorro unos 80 euros con los siguientes dos t-meses.

dee -

Waw... Podrías vendérselo a alguien que lo necesite por el 80% de su precio, y así se compensaría el gasto de la bici plegable!