Link y Zelda
Link miró a la princesa Zelda sin poder ocultar el disgusto de su cara. Tras librar duras batallas y arriesgar su vida en numerosas ocasiones, Link había conseguido vencer al malvado Señor del Mal, Ganondorf, salvando así el Reino de Hyrule y a la Princesa Zelda. Había perdido 7 años de su vida mientras el Sabio del Templo del Tiempo le preparaba, sin él saberlo, para convertirlo en el Héroe del Tiempo.
Y ahora, Zelda le decía que tenía que volver atrás en el tiempo para recuperar esos siete años perdidos. Para volver a un tiempo en el que él era sólo un niño que vivía en un bosque, y ella una princesa que vivía en palacio. Un tiempo en el que ella no sabía de la existencia de Link.
La princesa no entendía que si Link había arriesgado su vida hasta ese punto, si se había enfrentado a monstruosas bestias, no era por salvar el reino de Hyrule, ni por reestablecer la paz en la Tierra. Lo había hecho para salvarla a ella, para ser digno de ella, y así conquistar su corazón. Porque a Link lo único que le importaba en el mundo era la princesa Zelda. Y ahora la princesa Zelda le decía que tenía que volver atrás en el tiempo. Para ella era fácil, no recordaría nada de lo que había pasado, pero él no lo olvidaría. Siempre la recordaría. Link no quería perder a su princesa para siempre, pero no podía hacer nada. Zelda había hablado claro, tenía que volver a su época y recuperar esos siete años de su vida.
Muy a su pesar, Link se dirigió al Templo del Tiempo, sin ni siquiera despedirse de ella. Se adentró en el refugio de los sabios y, suspirando, depositó por última vez la Espada Maestra en su pedestal. Como anteriores ocasiones, Link viajó en el tiempo instantaneamente, retornado a la epoca en la que habia empezado todo.
Mientras los demás habitantes del reino de Hyrule hacían una fiesta en el rancho Lon Lon, Link perdía para siempre su única razón para luchar.
Sin embargo, Link sabía que su historia con Zelda no podía terminar así. De modo que, aun siendo un niño de los bosques, se adentró en el castillo de la princesa, y la buscó, encontrándola en los jardines, tan hermosa como la primera vez que la vio, en ese mismo punto. Cuando la encontró, la princesa le miró, y sonrió.
Y a continuacion una cancion que los Planetas dedicaron a estos personajillos:
"Al decir las palabras adecuadas
se abrirán ante ti laberintos y ventanas.
El caudal de las más cálidas aguas
te traerá al lugar donde nunca falta nada.
Guárdame dentro un sitio,
necesitaré cobijo
cuando vuelva de viajar alrededor.
Llévate lo que puedas
porque queda un duro invierno por pasar,
y yo volveré arrastrándome al final.
Guárdame dentro un sitio,
donde pueda estar tranquilo,
donde pueda retirarme a descansar.
Guárdame dentro un sitio,
necesitaré cariño,
cuando esté cansado y no pueda viajar.
"
Y ahora, Zelda le decía que tenía que volver atrás en el tiempo para recuperar esos siete años perdidos. Para volver a un tiempo en el que él era sólo un niño que vivía en un bosque, y ella una princesa que vivía en palacio. Un tiempo en el que ella no sabía de la existencia de Link.
La princesa no entendía que si Link había arriesgado su vida hasta ese punto, si se había enfrentado a monstruosas bestias, no era por salvar el reino de Hyrule, ni por reestablecer la paz en la Tierra. Lo había hecho para salvarla a ella, para ser digno de ella, y así conquistar su corazón. Porque a Link lo único que le importaba en el mundo era la princesa Zelda. Y ahora la princesa Zelda le decía que tenía que volver atrás en el tiempo. Para ella era fácil, no recordaría nada de lo que había pasado, pero él no lo olvidaría. Siempre la recordaría. Link no quería perder a su princesa para siempre, pero no podía hacer nada. Zelda había hablado claro, tenía que volver a su época y recuperar esos siete años de su vida.
Muy a su pesar, Link se dirigió al Templo del Tiempo, sin ni siquiera despedirse de ella. Se adentró en el refugio de los sabios y, suspirando, depositó por última vez la Espada Maestra en su pedestal. Como anteriores ocasiones, Link viajó en el tiempo instantaneamente, retornado a la epoca en la que habia empezado todo.
Mientras los demás habitantes del reino de Hyrule hacían una fiesta en el rancho Lon Lon, Link perdía para siempre su única razón para luchar.
Sin embargo, Link sabía que su historia con Zelda no podía terminar así. De modo que, aun siendo un niño de los bosques, se adentró en el castillo de la princesa, y la buscó, encontrándola en los jardines, tan hermosa como la primera vez que la vio, en ese mismo punto. Cuando la encontró, la princesa le miró, y sonrió.
Y a continuacion una cancion que los Planetas dedicaron a estos personajillos:
"Al decir las palabras adecuadas
se abrirán ante ti laberintos y ventanas.
El caudal de las más cálidas aguas
te traerá al lugar donde nunca falta nada.
Guárdame dentro un sitio,
necesitaré cobijo
cuando vuelva de viajar alrededor.
Llévate lo que puedas
porque queda un duro invierno por pasar,
y yo volveré arrastrándome al final.
Guárdame dentro un sitio,
donde pueda estar tranquilo,
donde pueda retirarme a descansar.
Guárdame dentro un sitio,
necesitaré cariño,
cuando esté cansado y no pueda viajar.
"
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ace76 -