I'LL SEE YOU IN LONDON
Hace unos seis años me fui de interrail con otros ocho amigos (bueno, tres amigos y cinco conocidos que me caian bien). Fue una de las mejores experiencias que he vivido. Fueron quince dias de aventuras recorriendo Francia, Inglaterra, Escocia e Irlanda. Siempre que alguien dice "Estoy pensando en hacer un interrail..." le aconsejó que deje de pensarlo y lo haga.
De todas las ciudades que visité, una de las que más me fascinó fue Londres. Podría contar miles de anecdotas de este viaje, pero hoy voy a contar una de las noches más surrealistas que ahi vivi. Era lunes, y estabamos en Londres. Jovenes, sin dinero, pero con ganas de experiencias vitales. Así que nos fuimos a una discoteca de Picadilly Circus. Casi no nos dejan entrar por nuestras pintas, pero al final les convencimos a los porteros. La noche en la discoteca no tuvo mayor historia. A las dos de la madrugada la cerraron (ingleses sosos y aguafiestas). El metro no abría hasta las cinco o las seis, no lo recuerdo bien. Así que teníamos toda la noche por delante para nosotros. Estabamos hambrientos (comiamos poco y mal, teníamos que viajar a lo pobre) así que, haciendo un enorme esfuerzo economico, asaltamos un McDonalds. Después asaltamos a unas chicas de Barcelona que llevaban bolsas del Dunkin Donuts. Fueron muy bordes, y no quisieron saber nada de nosotros, pero al menos nos dieron un croissant.
La noche seguía adelante, y nosotros caminamos hacia Trafalgar Square. En el camino paramos en una cabina y llamamos a cobro revertido a nuestros enemigos en Pamplona. Bueno... yo llamé a Pollo, y lo más increible es que cogieron. Me sorprendí tanto que colgué. Pero al menos les desperté y seguro que les di un buen susto, jejeje...
Finalizamos nuestro viaje hasta Trafalgar Square, y ahi pasaron cosas muy raras. Había unos cuantos bancos ocupados por parejas haciendo guarrerías, a los que sin embargo no les hacia gracia que les miraramos. Preferimos no molestarles, por si acaso, que estos ingleses hooligans están un poco locos. En esto se nos acercó un negro enorme ofreciéndonos Crack. A pesar de lo tentador de la oferta, nos negamos.
Y entonces llegó la disyuntiva: Alguien propuso dormir en un parque hasta que llegará la hora de coger el metro y volver al camping. Yo propuse deambular un par de horas más hasta que abrieran el metro. No quería morir congelado, ni ser secuestrado, ni acabar la noche en Scotland Yard (aunque hubiese sido un broche de oro). Votamos, y los promotores de la idea de dormir en el parque ganaron. Así que nos acercamos a un parque y nos acurrucamos los cinco (el resto habían optado por no salir esa noche) junto a un arbol, escondiendonos de la policia que vigilaba el parque.
¡Joder que frio! Jamás había dormido tan pegado a otro ser humano como aquella noche. Aunque parezca mentira, consegui dormir, y a las pocas horas me desperté. Ya era de dia, y teníamos metro. Pero faltaban dos de los nuestros, los dos promotores de dormir en el parque. ¿Se los habría llevado la policia? ¿O la bruja de Blair? ¿Los habrían devorado las ardillas? Nos levantamos. Yo estaba blanco del frio, y casi no me podia mover. Crei que me moría. Y encima, los guardianes del parque dando vueltas por ahi. Nos pusimos a buscar a los otros dos, y nos los encontramos unas calles más arriba, robándole la leche a los londineses. Se habían marchado porque "Tenían frio y no podían dormir". Si mi sangre no hubiera estado congelada en esos momentos los habría matado...
Volvimos al campamento, mas o menos sanos y salvos y, naturalmente, despertamos a los demas nada mas llegar, solo por joder un poco. Dormimos un rato y al dia siguiente proseguimos nuestro viaje. No sin antes percatarnos de que habiamos acampado justo en el camino que el camping reservaba a los camiones de bomberos en caso de incendio.
De todas las ciudades que visité, una de las que más me fascinó fue Londres. Podría contar miles de anecdotas de este viaje, pero hoy voy a contar una de las noches más surrealistas que ahi vivi. Era lunes, y estabamos en Londres. Jovenes, sin dinero, pero con ganas de experiencias vitales. Así que nos fuimos a una discoteca de Picadilly Circus. Casi no nos dejan entrar por nuestras pintas, pero al final les convencimos a los porteros. La noche en la discoteca no tuvo mayor historia. A las dos de la madrugada la cerraron (ingleses sosos y aguafiestas). El metro no abría hasta las cinco o las seis, no lo recuerdo bien. Así que teníamos toda la noche por delante para nosotros. Estabamos hambrientos (comiamos poco y mal, teníamos que viajar a lo pobre) así que, haciendo un enorme esfuerzo economico, asaltamos un McDonalds. Después asaltamos a unas chicas de Barcelona que llevaban bolsas del Dunkin Donuts. Fueron muy bordes, y no quisieron saber nada de nosotros, pero al menos nos dieron un croissant.
La noche seguía adelante, y nosotros caminamos hacia Trafalgar Square. En el camino paramos en una cabina y llamamos a cobro revertido a nuestros enemigos en Pamplona. Bueno... yo llamé a Pollo, y lo más increible es que cogieron. Me sorprendí tanto que colgué. Pero al menos les desperté y seguro que les di un buen susto, jejeje...
Finalizamos nuestro viaje hasta Trafalgar Square, y ahi pasaron cosas muy raras. Había unos cuantos bancos ocupados por parejas haciendo guarrerías, a los que sin embargo no les hacia gracia que les miraramos. Preferimos no molestarles, por si acaso, que estos ingleses hooligans están un poco locos. En esto se nos acercó un negro enorme ofreciéndonos Crack. A pesar de lo tentador de la oferta, nos negamos.
Y entonces llegó la disyuntiva: Alguien propuso dormir en un parque hasta que llegará la hora de coger el metro y volver al camping. Yo propuse deambular un par de horas más hasta que abrieran el metro. No quería morir congelado, ni ser secuestrado, ni acabar la noche en Scotland Yard (aunque hubiese sido un broche de oro). Votamos, y los promotores de la idea de dormir en el parque ganaron. Así que nos acercamos a un parque y nos acurrucamos los cinco (el resto habían optado por no salir esa noche) junto a un arbol, escondiendonos de la policia que vigilaba el parque.
¡Joder que frio! Jamás había dormido tan pegado a otro ser humano como aquella noche. Aunque parezca mentira, consegui dormir, y a las pocas horas me desperté. Ya era de dia, y teníamos metro. Pero faltaban dos de los nuestros, los dos promotores de dormir en el parque. ¿Se los habría llevado la policia? ¿O la bruja de Blair? ¿Los habrían devorado las ardillas? Nos levantamos. Yo estaba blanco del frio, y casi no me podia mover. Crei que me moría. Y encima, los guardianes del parque dando vueltas por ahi. Nos pusimos a buscar a los otros dos, y nos los encontramos unas calles más arriba, robándole la leche a los londineses. Se habían marchado porque "Tenían frio y no podían dormir". Si mi sangre no hubiera estado congelada en esos momentos los habría matado...
Volvimos al campamento, mas o menos sanos y salvos y, naturalmente, despertamos a los demas nada mas llegar, solo por joder un poco. Dormimos un rato y al dia siguiente proseguimos nuestro viaje. No sin antes percatarnos de que habiamos acampado justo en el camino que el camping reservaba a los camiones de bomberos en caso de incendio.
3 comentarios
Miguel -
Y sí, en efecto, grande Deluxe.
Si hombre, en mi blog voy a desvelar mi pasado delictivo... si tu supieras... jejeje
ace76 -
Jajajaja...
Por cierto, como dirías tú, grande el título de tu artículo.
Inakov -