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Desorden

WANDA Y NEMO

Hoy no me apetece hablar de mi jefe ni de mi trabajo. Pero no os preocupeis, pienso seguir escribiendo capítulos, que aun quedan muchas cosas que contar, y 15000 euros por aparecer, pero esa es otra historia.
Hoy voy a poner aquí la primera página de un relato que voy a enviar a un concurso de cuentos de invierno. El título es "Las maravillosas aventuras de Wanda y Nemo". Espero que Amaya me de su permiso para enviarlo. Se me ocurrió ayer mientras ella hablaba de sus tortugas y decidía escribir ella un cuento sobre sus tortugas.
Bueno, aquí esta el principio del relato. Si gano, publicaré el resto.

"Wanda y Nemo eran dos hermosas tortugas de agua. Vivían en una tortuguera muy grande, donde tenían agua en la que nadar y una plataforma sobre la que tomar el Sol. Wanda y Nemo se lo pasaban muy bien todo el día jugando, nadando y comiendo, y por la noche descansaban y dormían placidamente.
Wanda y Nemo querían muchísimo a Amaya. Amaya era su dueña, la chica que les daba de comer y les limpiaba la tortuguera. A Wanda y a Nemo les gustaba mucho jugar con Amaya, les encantaba cuando ella las sacaba de la tortuguera y las soltaba por su cuarto, para que pudieran explorarlo y excavar entre las ropas. Cuando se caían panza arriba y les costaba volver a darse la vuelta, Amaya les ayudaba. Además, Amaya siempre les hablaba con dulzura y con amor, y las vigilaba para que no saltaran al suelo desde la cama. A veces, cuando hacía buen tiempo, Amaya las cogía y se las llevaba de excursión. Las llevaba a un parque inmenso donde podían explorar aun más, y excavar en el suelo. Nemo era más aventurera que Wanda, y se dedicaba a trepar por las montañas, mientras Wanda, que era más tímida, se quedaba cerca de Amaya, que las protegía de los perros y de los pájaros.
Wanda y Nemo habían sido un regalo de Miguel, el novio de Amaya. Se las había regalado un año atrás, por Navidad. A Amaya le hizo muchísima ilusión ese regalo. Le encantaban los animales. Miguel y Amaya se querían mucho y a Wanda y a Nemo les gustaba mucho ir con ellos dos de excursión.
A Wanda y a Nemo no les gustaba ver llorar a Amaya. Se les partía el alma cuando la veían triste. Ellas preferían verla contenta y feliz, como cuando jugaba con ellas, o cuando les echaba pececitos deliciosos. Cuando la veían llorar querían consolarla, pero Amaya no las entendía. Las tortugas no hablan como los humanos, con palabras, sino que se comunican moviendo la cabeza y las patas delanteras. Les hubiera encantado consolarla, y decirle cuanto la querían, pero lo único que podían hacer era jugar en el agua, metiendo mucho ruido, para que Amaya se olvidara de sus penas y jugará también con ellas."

Continuara??

4 comentarios

Miguel -

¿Acaso conoces alguna chica que no llore? ;-)

Antonio -

Las tortugas suelen vivir cienes y cienes de años...

¿Y Amaya suele llorar?

Miguel -

Cuando se mueran será trágico, por eso las cuidamos tanto, para que vivan muchos muchos años, y tengan tortuguitas...

horror_bcn -

bfffff... tío... En fin, ¿has pensado qué ocurrirá cuando se mueran? Son tortugas, no lo olvides, Amaya!!