FELIZ CASUALIDAD
Ayer, yendo en el tren camino de Sabadell, se salió líquido tanto de alubias verdes como de atún con tomate de los tupperwares de Ikea, escapándose a su vez de la bolsa en la que los llevaba, y dejando un charquico asqueroso en el suelo del tren. Dejé hechos un asco el tren, la bolsa, la nevera del curro y mis pantalones.
Decidí que algo así no podía volver a pasar. La solución estaba en comprar unos que habíamos visto en el Hypercor bastante baratos. El momento elegido para comprarlos era a la vuelta de la cena en casa de mis tios.
Pero nos olvidamos, y nos pasamos de largo el Hypercor. Entonces yo me acordé. Me detuve y empecé a hablar y a dar la vuelta. En ese mismo momento delante nuestra cayeron dos objetos indefinidos desde algún piso con bastante violencia. Creemos que eran dos globos de agua.
El caso es que yo pensaba que el hecho de que los tupperwares de Ikea fueran malos era una faena, pero ese hecho impedió que anoche nos llevaramos un golpe y un remojón innecesarios. Si los tuppers no hubieran sido malos no se me habría salido el atún con tomate, y no habría decidido comprar otros en Hypercor, y no se me habría olvidado comprarlos, y no me habría acordado de comprarlos, y no me habría parado en seco justo el instante antes de que me cayeran encima dos globos de agua, y no habría llegado seco a casa.
Y como reflexión final, me queda la duda ¿feliz casualidad? ¿existen las casualidades? ¿o existe el destino? ¿o todo lo que pasa es obra de Dios? ¿o qué?
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ace76 -
dee -