La muerte de un grande
Ha muerto Richard Sainct. Uno de los más grandes pilotos de rallies dejó su vida ayer en el desierto egipcio, tras sufrir dos violentas caidas en el Rally de los Faraones. Sobrevivió a la primera pero, en su intento por recortar el tiempo perdido, sufrió otra caida, de consecuencias fatales.
En este weblog hemos decidido dedicarle un merecido homenaje al piloto francés. Para los prosaicos en el tema, les diré que esta muerte significa para el mundo de los rallies, lo que podria significar para el mundo del futbol la muerte de Zidane.
Sainct, de 34 años, debutó en 1990 en el Rally del Atlas. En 1991 corrió por primera vez el Rally Paris-Dakar, el cual lo ganó en tres ocasiones: 1999, 2000 y 2003. Además, había ganado dos veces el Rally del Atlas (1997 y 1998), dos veces tambien el Rally de Tunez (1998 y 1999), dos veces el Rally de Marruecos (2001 y 2002) y una vez el Rally de los Faraones (2002), prueba en la que ayer se dejó la vida.
En el proximo Dakar ya no veremos a este genial piloto cabalgar las dunas del desierto a lomos de su moto. Y nunca podrá cumplir su sueño de competir pilotando un vehiculo de cuatro ruedas. Pero siempre conservaremos su recuerdo, y los aficionados a este deporte le mantendremos en nuestra memoria.
Ahora estará pilotando una moto sobre las nubes del cielo, echandoles carreras a Ayrton Senna y compañia. Descanse en paz.
En este weblog hemos decidido dedicarle un merecido homenaje al piloto francés. Para los prosaicos en el tema, les diré que esta muerte significa para el mundo de los rallies, lo que podria significar para el mundo del futbol la muerte de Zidane.
Sainct, de 34 años, debutó en 1990 en el Rally del Atlas. En 1991 corrió por primera vez el Rally Paris-Dakar, el cual lo ganó en tres ocasiones: 1999, 2000 y 2003. Además, había ganado dos veces el Rally del Atlas (1997 y 1998), dos veces tambien el Rally de Tunez (1998 y 1999), dos veces el Rally de Marruecos (2001 y 2002) y una vez el Rally de los Faraones (2002), prueba en la que ayer se dejó la vida.
En el proximo Dakar ya no veremos a este genial piloto cabalgar las dunas del desierto a lomos de su moto. Y nunca podrá cumplir su sueño de competir pilotando un vehiculo de cuatro ruedas. Pero siempre conservaremos su recuerdo, y los aficionados a este deporte le mantendremos en nuestra memoria.
Ahora estará pilotando una moto sobre las nubes del cielo, echandoles carreras a Ayrton Senna y compañia. Descanse en paz.
2 comentarios
Miguel -
ace76 -
Pero me queda una duda: ¿Las motos van al cielo?