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Desorden

Están locos estos madrileños

CHUECA

CHUECA

Chueca es un barrio madrileño que, no se desde cuando, si es algo histórico o una moda moderna, es el paraiso gay. Y con motivo del dia del orgullo gay han montado una fiesta de puta madre.

Ayer me fui con onem y sus amigos a Chueca para dar una vueltecilla y pasar un buen rato con la cosa esta de los gays. Había un montón de gente, aunque no tanta como para estar agobiado, ni para tener que hacer cola en las barras. Vamos, una delicia. Por todas partes había escenarios con música. Cuando llegué, en la plaza de Chueca había unas drags en el escenario cantando pasodobles y lanzando condones a la gente. La verdad es que a mi, el espectáculo drag me da bastante repelús, pero se ve que a los gays en general les mola.

Conseguí un montón de regalos. Unos boyz me dieron silbatos y condones. Con los silbatos simulamos diferentes escenas arbitrales: sacamos tarjetas amarillas, expulsamos a la gente y, naturalmente, cuando nos fuimos a casa hubo tres silbidos. Una chica de Ballantines que estaba deseando terminar con su jornada laboral me dio nosecuantasmil chapitas que acabé repartiendo entre la gente que me rodeaba. También nos regalaron jabón de higiene masculina (que aun me estoy preguntando exactamente para limpiarse qué), encuestas de virilidad masculina (si sacabas menos de 22 puntos sobre 25 tenias problemas de disfunción erectil y TENIAS que ir al médico). Gorritas, globos, sombreritos... había de todo ahí.

Acabamos en la plaza ¿Vazquez de Mella?, donde había un concierto de Alejandra Botto, en riguroso playback. Esta chica es famosa por algo, pero no se porque. Después de meternos un kebab de los guarros volvimos a la plaza a bailar con un dj (no faltó el tema Enola Gay, jajajaja). Y ahí, haciendo el tonto, viendo a la gente, vi que lo bueno de esta fiesta es que puedes hacer las tonterías que quieras, los pasos de baile más absurdos, pelearte por jugar con un globo, simular que estás navegando en la Copa America... lo que sea... todo vale, todos somos amigos, nadie te recrimina nada, nadie te mira raro. Libertad.

No me entró ningún gay, ni ninguna hetero, así que no viví situaciones incómodas. Nos fuimos prontillo, que hoy habia que currar. El resumen es que me lo pasé muy bien.

LA M-30

LA M-30

Madrid está lleno de monstruos. De alguno de ellos ya hablé en el pasado, como la T4. Otro de ellos es la temible M-30. Acompañada de su menos conocida pero igualmente malvada M-40, y de sus pequeños esbirros, como la M-12, M-111, etc, etc...

Esta semana me enfrenté al monstruo. Mi bichito se tornó en SuperMicra para combatir los atascos, las inundaciones, los múltiples carriles, y las salidas sin señalización adecuada. ¿Objetivo? Llegar al aeropuerto sano y salvo. Cargado de valor, audacia y un buen mapa, tomé la entrada a la M-30. Y ahí descubrí la realidad... la maravillosa realidad.

M-30 es un monstruo de buen corazón. Su mala fama le pierde, pero la realidad es que conducir por sus carriles y sus túneles es plácido. Encontrar el camino que buscas es fácil, las indicaciones son continuas y claras. Las salidas, perfectamente indicadas. Y la presencia de semáforos, peatones y cruces es nula. El monstruo me llevó a la A-2, la A-2 me llevó a M-40. Este otro monstruo, amablemente, me llevó hasta el aeropuerto. En menos de media hora había alcanzado un objetivo que en metro me cuesta alcanzar una hora.

Así pues, conducir por Madrid... ¿Es de puta madre? ¿O es de puta pena? Pues de momento tengo que decir que es de puta madre. También es verdad que pocos atascos me he tenido que comer a las horas que he conducido. Pero es que incluso perdiéndome por el centro de Madrid, en ningún momento me siento mal, sino tranquilo y seguro de que tarde o temprano encontraré una calle o glorieta que conozca y me lleve a donde quiero.

Supongo que en parte se debe a que ya llevo casi medio año vivendo en esta ciudad, rodeado de monstruos, con los que uno aprende a ser paciente. La primera vez que conduje por Madrid fue un caos que prefiero olvidar.

En resumen, que no hay que tener miedo a coger la M-30. Y que conducir por Madrid es fácil, leñe.

COCHES

COCHES

No aguanto a la gente que se compra coches por aparentar. Y no lo entiendo. No entiendo que alguien quiera comprarse un BMW y que el único requisito que le pida a su nuevo coche es "que corra mucho" y que tenga "conexión para el ipod". Luego son estos locos los que causan accidentes de tráfico, al intentar demostrar que su coche es el más potente de todos.

Y me sorprende ver como aquí, en Madrid, la gente utiliza tanto el coche. Y le da tanta importancia al coche. Somos muchos los que cogemos el metro diariamente, pero hay cantidad de gente que prefiere coger el coche. ¿Por qué? ¿Para meterse en atascos infernales? ¿Para gastar más gasolina? ¿Para poder fardar de coche? ¿Por qué el metro es para pobres? Será que es verdad lo que dicen del "pijismo" de Madrid.

Luego me encontraré en la carretera con Audis de niños ricos de papá que tienen que demostrar que corren mucho, y adelantarán por donde no deben, y me matarán. No me sorprende que tanta gente muera cada fin de semana en la carretera. Viendo como conducen algunos, lo raro es que no muera más gente.

En fin, arg, que el coche debería ser un medio de transporte, no una máquina de matar.

¡IMPUESTO AEROPORTUARIO!

¡IMPUESTO AEROPORTUARIO!

La semana pasada la comunidad de Madrid se congratulaba por la inaguración de la nueva parada de metro en la T4. Por fin el aislamiento entre la nueva terminal y la ciudad desaparecía.

Pero con lo que no contaba la comunidad de Madrid es con el "Suplemento aeroportuario". ¿Qué significa esto? Que para poder entrar o salir de las estaciones de metro del aeropuerto, esto es, "Aeropuerto T1-T2-T3" y "Aeropuerto T4" hay que pagar un euro más. Eso es, aparte de lo que te puede costar el billete normal, un euro más. Así, por la patilla. Se libran de este impuesto revolucionario los que tengan su abono mensual, y los trabajadores de Aena. Más me vale, si no me tendría que replantear lo de venir en metro a currar.

No voy a entrar a valorar quien es el culpable. Si MetroMadrid, la Espe, el ZP... es lo de menos. El caso es que me parece muy fuerte que, quien sea, se haya inventado esto del suplemento, para lucrarse. ¿Cuantos pasajeros pueden pasar a diario por estas estaciones? ¿10,000? ¿20,000? Hagamos cálculos. Esto significa que, al mes, tienen un beneficio extra de 600,000 €, cien millones de las antiguas pesetas. Un pastizal que "seguuuuuuuuuuuuuuuuro" que revierten en beneficios para el usuario de metro.

PEQUEÑAS HISTORIAS DE MADRID

PEQUEÑAS HISTORIAS DE MADRID

El otro día quede con Amaya en la parada de Moncloa. Salí por una de sus muchas salidas, y caminé un poco por la zona. De repente me sentí como si estuviera en el escenario de una película épica futurística, donde el pasado, el presente y el futuro se confundían los unos con los otros.

Enfrente mía, un enorme y majestuoso edificio antiguo presidía el lugar. A mi lado, un enorme pájaro de piedra vigilaba toda la zona desde su gigantesca columna. No demasiado lejos, un arco de triunfo conmemoraba otros tiempos, y un poco más allá se alzaba una moderna y brillante torre de vigilancia, desde la que seguro que extraños seres vestidos con monos metalizados controlaban las actividades de todos los madrileños.

Ahí, bajo la luz del anochecer, esperé que en cualquier momento apareciera un ejército de zombies mutantes supervivientes de un apocalipsis nuclear, o que un patrulla de vigilancia extraterrestre reparase en mi presencia y me convirtieran en su esclavo.

Pero nada de eso pasó. Mi curiosidad me llevó a preguntar a los transeuntes el nombre de esa calle... y nadie supo decírmelo. Mi intuición me hizo decidir que se trataba de la calle Princesa.

Está claro que aun me quedan muchos rincones que descubrir y muchas aventuras que vivir en esta ciudad.

KINEPOLIS

KINEPOLIS

Existe a las afueras de Madrid un complejo cinematográfico enorme que se llama Kinepolis. En él hay unas 25 salas, de las cuales la más pequeña podría pasar por la sala principal de cualquier otro cine. Como su propio slogan dice, es ver el cine a lo grande. A su alrededor hay diversos centros de ocio, desde McDonalds hasta Shooters. En el interior del recinto la oferta gastronómica es ingente: Wok, Fosters, Pans, Burger King...

Sonido THX, butacas muy cómodas, pantallas gigantes... es un lujo poder ver películas ahí. Naturalmente, los precios también son enormes, aunque si las compras por internet te salen un euro más barato, no está mal.

He ido ahí tres veces, en diferentes épocas de mi vida. El problema es que las tres veces que he ido lo he hecho para ver auténticos truños. Porque la gente va al Kinepolis a ver cine, le da igual la película. Elige la que más se adecua a sus deseos. Y si no hay nada que quiera ver, ve algo igualmente, que para algo se ha dado el paseito hasta ahí. Así fue que, en su día, yo me tragué "Borja Mari y Pocholo".

LA CIUDAD DE LA ETERNA MANIFA

LA CIUDAD DE LA ETERNA MANIFA

Un claro síntoma de que los madrileños están más cuerdos que los catalanes es que apenas estoy haciendo artículos del tema "Están locos estos madrileños". Es una pena, debería contaros más cosas sobre esta ¿hermosa? ciudad.

Después de haber podido pasar los meses de octubre y noviembre en Barcelona sin sentir la necesidad de ponerme ni siquiera un jersey, la ciudad condal se ganó el cariñoso apelativo de la Ciudad del Eterno Verano. Tras pasar unos meses en Madrid, ésta se ha ganado el apelativo de la Ciudad de la Eterna Manifa.

Cuando vivía con mi hermano todos los domingos al mediodía nos despertaba el sonido de pitos, gritos y altavoces de la Puerta del Sol. Siempre había alguna causa por la que protestar, o que defender, desde la instauración de la tercera República, hasta la libertad de Ecuador, pasando por los derechos de la mujer. Y esto que suele ser habitual los domingos, no es extraño que se extienda a lo largo del resto de la semana. Gente que se junta para gritar y protestar, mientras el resto de los caminantes les ignora o les mira extrañados.

Hay que ver como les gusta armar jaleo a los madrileños... Aunque esta afirmación no es del todo correcta... más bien sería hay que ver como le gusta a la gente montar jaleo en Madrid. Gran prueba de ello son las manifas que montan los de la AVT y el PP periodicamente en Madrid. Cientos de miles de personas se trasladan a la capital del país para manifestarse, para hacerse notar, para formar parte de esa Eterna Manifa que vive en el centro de Madrid.

TYSON, EL PERRO ASESINO

TYSON, EL PERRO ASESINO

En el Parque de Caramuel, Madrid, hay un perro asesino. Se trata del perro de unos gitanos, que viven en unas casitas situadas en la zona más baja del parque. Estos gitanos se dedican a la venta de droga.

Aunque parezca una descripción de dibujos animados, es cierta. Su perro asesino se llama tyson. Es un pastor alemán muy grande, y lleva un collar de pinchos en el cuello. Está siempre suelto, y tiene libertad para salir y entrar de la casa de los gitanos. En cuanto un perrillo le ladra se lanza a por él y lo ataca. Ha matado a muchos perros, y tiene muchas denuncias, pero la policía no hace nada. Supongo que en Madrid hay problemas más importantes que un perro asesino. O igual es miedo a los gitanos. El caso es que Tyson campa a sus anchas a pesar del reguero de sangre que cuelga de sus colmillos.

Cada persona con la que hemos hablado paseando a los perrillos nos ha contado una historia tenebrosa respecto a Tyson. Incluso ataques a personas. Amaya tuvo un encuentro directo con él. Por suerte estaba prevenida y salió huyendo con Chopin y Wendy a aupas.

Se dice que la manera de ahuyentarle es simular que le tiras piedras o que le vas a golpear con un palo. Nosotros hemos comprado un bate, por si acaso nos lo encontramos. Aunque finalmente hemos decidido no pasear a nuestros bichos por la zona de Tyson.

EN LA PUERTA DEL SOL...

EN LA PUERTA DEL SOL...

El lado bueno de quedarse en Madrid haciendo soporte telefónico en el curro era que tenía la posibilidad de vivir el comienzo del año 2007 en el lugar más emblemático del país para hacerlo: La Puerta del Sol.

Así que, como en la canción de Mecano, Amaya y yo nos encaminamos hacia la Puerta del Sol hacia las 23:45. Compramos uvas a una china, a un euro la docena, metidas en una bolsita de plástico.

La gente se dirigía a la Puerta del Sol ataviados con sus mejores galas, con uvas, con botellas de champán y, por supuesto, con pelucas. Las pelucas, uno de los puntos clave de las navidades madrileñas, y una de las costumbres más absurdas que uno pueda imaginar.

No pudimos avanzar más allá de la calle de San Jeronimo. Había tanta gente que resultaba imposible. Por suerte, los navarros estamos entrenados para las aglomeraciones gracias al chupinazo, mucho más agobiante que esto, vamos, nada que ver. Desde donde estábamos podíamos vislumbrar la torre del reloj y su bola. Sólo restaba esperar. Y mientras esperabamos, entre cánticos y ruidos, desde la torre se lanzaron fuegos artificiales, confeti, y un cartel luminoso nos deseaba un feliz 2007. Los ahí presentes nos miramos confundidos... y entonces nos dimos cuenta de que había empezado el año, y de que no habíamos oído las campanadas desde ahí. Las botellas de champán se abrieron, y como si del podium de un gran premio de fórmula 1 se tratara, algunas de ellas se vaciaron sobre el público. Recordareis que he dicho que la gente llevaba sus mejores galas, ¿no? En fin... al menos en el chupinazo sabes que la ropa que llevas nunca más te la vas a poner... estos madrileños...

Con el año nuevo llegaron los petardos, las bengalas, las felicitaciones, los besos y abrazos. La gente abandonó el lugar, arrastrando a todo el mundo. Dimos una vuelta por la zona, y la verdad es que la Puerta del Sol parecía una zona que acabara de sufrir un bombardeo aéreo. Cristales rotos (amiguitos... el ayuntamiento pone contenedores para algo), papeles, todo tipo de basura en el suelo, gente desconcertada que no sabía donde ir (borrachos), ambulancias, sirenas... Los servicios de limpieza se afanaban en arreglar el desaguisado regando las calles (y a sus transeuntes).

¡Feliz 2007!

VACAS

VACAS

¡Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu! ¡Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!

"Me siento como si anduviera entre vacas" - me decía Amaya - "Son pesadas, grandes, lentas, van en rebaño y no me dejan pasar."

Se refería a la población de Madrid. Concretamente a la que se dedica a pasear por los alrededores de la Puerta del Sol. Su andar es cansino, lento, errático y aleatorio. Muchos de ellos parecen perdidos mientras dudan si ir hacia el Corte Inglés o hacia la Cibeles. Las señoras andan despacio, ocupando el mayor espacio posible con sus gruesos abrigos.

"Es que esta calle soporta más tráfico del que puede soportar" - dijo ace76, refiriéndose al Carrer de San Jeronimo y sus estrechas aceras. ¡Mentira! ¡No puede soportar más tráfico del que puede soportar! "Grrrrr. Ya me entiendes" fue su respuesta.

Y mientras, uno intenta esquivar a las vacas, sin chocar contra ellas, para recorrer los 500 metros que separan la salida del metro del portal de ace. Y a veces el modo "paciencia" que tengo activado desde que llegué a Madrid supera sus límites y me entran ganas de sacrificarlas a todas.

¡Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!

¿TMB O METROMADRID?

¿TMB O METROMADRID?

Las comparaciones son odiosas... pero divertidas Guiño. El metro es uno de los inventos más increíbles del siglo XX. Un tren subterráneo en plena área metropolitana que, en pocos minutos, transporta a cientos de personas de una punta de la ciudad a otra, librándose de atascos y, en general, de aburridas esperas.

Los metros de Barcelona y Madrid son diferentes en algunos aspectos, pero, ¿cual es mejor?

Madrid tiene más líneas, 12, por las 5 que tiene Barcelona. Sin embargo, el metro de Barcelona ofrece el transbordo gratuito, con el que, sin gastar un nuevo viaje, puedes cambiar de medio de transporte: del metro al cercanías, o al autobús, o al tranvía... Claro, que algunos dirían que en Madrid, habiendo 12 líneas, no hace falta este transbordo.

Los trenes de Barcelona son más grandes, da la sensación que que cabe más gente. Eso sí, su frecuencia es menor que en Madrid. En horas puntas, en Madrid, los trenes pasan casi cada minuto, mientras que en Barcelona raras veces el periodo de paso es inferior a los dos minutos. En fin, sólo es un minuto de diferencia, pero en los tiempos que corren, y con el valor que damos actualmente al tiempo... los minutos son valiosísimos.

En todas las estaciones de metro de Barcelona tienes avisos del tiempo exacto, al segundo, que falta para que llegue tu tren. En Madrid, aparte de que se pasan el tiempo poniendo información, tan sólo tienen avisos del tipo "próximo tren llegará en 02 minutos". O peor aun: "Ultimo tren pasó hace 3:40". ¿Y de qué me sirve saber cuando se fue el último tren? ¡Yo quiero saber cuando llegará el siguiente!

Es una tontería, pero en Barcelona los metros vienen por la izquierda, y en Madrid vienen por la derecha. Es más correcta la tendencia barcelonesa, ya que tenemos, como norma extendida, que hay que circular por el carril derecho.

Y, finalmente, en Barcelona existe un sistema muy sencillo y sofisticado para conseguir que te dejen bajar del metro, independientemente de la cantidad de gente que se interponga entre ti y las puertas de salida. Y no me refiero a tirar una moneda de cinco centimos al andén. Se trata simplemente de pronunciar las palabras mágias: "Baixas?", o "¿que bajas?". En Madrid el sistema es más rudimentario: empujones y codazos, o la socorrida frase: "¡Pero deje salir, coño!".

En fin, para gustos los colores. Yo me quedo con los tranvías de San Francisco.

EN MADRID LAS BRAVAS NO SON BRAVAS

EN MADRID LAS BRAVAS NO SON BRAVAS

"¿Para desayunar te vas a tomar unas bravas? ¿Estás loco?"

Yo miré el reloj, eran las 11 pasadas, estaba hambriento, y me apetecían unas bravas. Así que ignore el comentario de mi compañero, y seguí adelante con mi petición.

Cuando me sirvieron las bravas, miré a la camarera, esperando que hiciera algo para remediar su error, pero siguió haciendo su trabajo como si me hubiera servido un plato correcto de bravas.

Pasé por alto el hecho de que las patatas tuvieran forma de patata frita en vez de patata brava. Pero no pude pasar por alto otra carencia grave.

"Disculpa, ¿y la mayonesa?".
"Si quieres mayonesa tienes que pagarla" - me dijo la camarera, mirandome como quien mira a alguien que ha dicho una barbaridad.

Visto el percal, decidí que ni siquiera merecía la pena preguntar por el pan. Cuando llegué a la mesa con mis compañeros, les dije: "Increible, no me han puesto mayonesa en las bravas". "¿Bravas con mayonesa?". Esa fue la respuesta, con un casi ofensivo deje de extrañeza en su voz.

Así llegué a la conclusión de que las bravas en Madrid son diferentes a la idea que yo he tenido de las bravas toda mi vida. Ejpaña is different, my friend.

BIENVENIDO A GATOLANDIA

Le decía yo a un amigo el otro día en un bar de Madrid: "Casi todo el mundo que vive en Madrid no es de Madrid. Sólo he conocido a una persona que sea de Madrid". "Pues esta amiga mía es de Madrid de toda la vida". "¿En serio?" - le dije yo a la chica. Ella respondió: "Sí, estás hablando con una gata".

¡Vaya! Una freakie. Eso pensé inicialmente. Luego ella me explicó que a los madrileños de toda la vida se les conoce como gatos, porque antaño, cuando la ciudad estaba rodeada por murallas, el único modo de entrar en ella era escalando por cuerdas, de ahí el llamarlos "gatos".

"Pues más que gatos deberíais llamaros monos, ¿no?" - comenté yo. "No pretendas cambiar la Historia. Somos gatos." - respondió ella. "Bienvendio a Gatolandia", concluyó.

Investigando un poco más, he descubierto que en realidad el apodo de "gato" viene de una batalla de Alfonso VI, reconquistando la ciudad de Madrid. Uno de sus soldados escaló las murallas, y el monarca comentó que trepaba como un gato. Con el tiempo, el valiente soldado adquirió el apellido "Gato", y pasado más tiempo aun, todos ellos acabaron siendo conocidos como "gatos".

Así que, mce79, bienvenido a Gatolandia. ¡Miau!