Anoche estuvimos en el concierto del Lagarto Amarillo en la Joy Eslava. Un concierto divertido, emocionante y bailable. El Lagarto Amarillo suena como si metieramos en una cocktelera andaluza a Manu Chao, Celtas Cortos y Extremoduro y la agitaramos bien.
Le costó, pero al final la Joy se llenó. La primera fila era nuestra, y tras hacernos esperar un poquillo, la gente de Lagarto Amarillo salió al escenario, rodeados por una mística musiquilla intrigante, tras la cual comenzó el concierto con un tema nuevo, "Estoy mintiendo de verdad". Tras arrancar al público a bailar, se lanzaron con dos temas de su primer disco: "Que la suerte te acompañe" (tema que da nombre a dicho disco) y "Mañana me voy".
Llegados a este punto indicaré que Lagarto Amarillo tiene dos discos, y que el segundo de ellos, "Distinto", es mucho mejor que el primero. Y por suerte, de este primer disco sólo escogieron las mejores canciones (sólo falto "Anoche").
Se habían anunciado colaboraciones en este concierto, y la primera de ellas llegó pronto: Josemi Carmona acompañó con su guitarra española a "Nana", sentados alrededor de una mesa de bar, echando un patxarán. Gran momento, que se vio superado por la mejor canción de este grupo: "Siempre y cuando". Este temazo fue alargado con una sección instrumental guitarrera y finalizada una vez más con el estribillo. Maravilloso. Ya tenían al público en el bolsillo, pero acabaron de conquistarnos con "Cuentame", la canción que sirvió de sintonía para la serie homónima.
La noche estuvo plagada de momentos estelares, destacando el "kantamelade", otra de sus grandes canciones, en las que les acompañó el cantante de Maldita Nerea, o el final con "El ultimo dia", "Entre nubes" y "Tengo un amigo alemán".
Uno de los momentos más sobrecogedores fue cuando apareció Antonio Vega para acompañar en un nuevo tema, llamado "Culpable". Aparte de mostrarnos su destreza tocando una guitarra de doce cuerdas, también nos mostró que, sin duda, las drogas son malas. Aquello no parecía Antonio Vega, sino los restos de Antonio Vega. Tembloroso, delgadísimo, mirada perdida... parecía que en cualquier momento fuera a caer muerto al suelo... y aun así consiguió cantar, tocar, y arrancar un aplauso.
Otro momento emocionante fue la primera canción del bis: "Al calor del invierno". No se que significado tendrá esta canción para Pablo, el cantante de Lagarto Amarillo, pero no pudo contener las lágrimas mientras la cantaba.
El concierto terminó con "Hoy", y todos salimos de buen humor y con ganas de cantar y bailar. Un recuerdo especial para la encargada de los teclados y la mandolina, que además se encargaba de animar el ambiente con su repertorio de sombreritos divertidos y trajes. Un muy buen concierto que ni siquiera los borrachos pesados y maleducados que no paraban de gritar detrás nuestra hubieran podido estropearlo.